Creo que el género mismo es la violencia, que las normas de masculinidad y feminidad tal y como las conocemos, producen violencia.

-Beatriz Preciado-

domingo, 18 de noviembre de 2012

Verde Jade



Gracias a la Librería Jarcha, he tenido la suerte de poder ver el corto Verde Jade de Rosa Cabrera Díez. Recomendable, muy recomendable. 26 minutos de meterse en la piel de Claudia, en su búsqueda de su identidad dentro de una relación de pareja.

El cortometraje es un fiel reflejo de miles de parejas que asumen el modelo establecido del amor romántico. Para ello utiliza diversos  recursos como las cintas de vídeo y los pintauñas que dan vida a la lucha de la protagonista por ser una misma y la contradicción con todo lo aprendido de ser completas cuando nos complementamos con otras personas. Hay momentos, en los que estás dentro de la historia  y viene a tu cabeza Virginia Woolf para susurrarte que no olvides tu cuarto propio.

Me quedo con el Verde Jade, la actriz y el personaje es espectacular en este color. Busca tu color, elígele y sé cómo tú eres. Yo me he dado cuenta de que me gustan muchos colores, que soy muchos colores.  Es otra opción, es la identidad estratégica.

 Si quieres ver el corto.... pincha aquí.



2 comentarios :

Manuela dijo...

Con la ilusion que transmite la autora de este blog así lo recibo, por que es una luz que andaba tiempo buscando.
Me he dedicado profesionalmente al mundo de la violencia de género, igualdad, etc y andaba un poco quemada, por eso ante estos temas no podia más que esbozar una expresión de desidia.
PEROOOOO siempre está mi necesidad como mujer de canalizar mis sentimientos, inquietudes, dilemas, contradicciones, la búsqueda de mi identidad como mujer y tambien dentro de mi pareja y OLE Y OLE, me da a mí que este blog me va a permitir analizar, reflexionar sobre todo esto con una nueva mirada y por que no, reconciliarme y seguir formándome en la igualdad que no es ni más ni menos que una parte de mi VIDA.
GRACIAS GRACIAS POR COMPARTIR LA "A"

PiZPi ReTA dijo...

Ay, Manuela, por todos esos momentos que nos hemos sentado para degustar, tocar...y ¿por qué no? amasar y moldear la A. Todos esos momentos que nos enseñaron primero a resistir y luego a luchar porque la A es indomable.

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