Kulturfem: Babes in Toyland

Babes in Toyland fue otro de los grupos íntegramente femeninos de mi adolescencia. No sé si definirlas como punk, post punk o grunge, lo que está claro que es un rock muy potente, empoderado y que transmite una fuerza excepcional. Fueron fuente de influencia para muchos grupos del movimiento Riot Grrrl, pero ellas nunca se asociaron explícitamente con este movimiento.

Sus melodías son sencillas y en muchas ocasiones recuerdan a aquellos grupos de los 90 de la época grunge. La voz y letras de Kat Bjelland evocan al punk más crudo y agresivo.

El grupo se formó en Mineápolis en 1987, lo integraban  Kat Bjelland (vocalista, guitarra), Lori Barbero (batería) y Michelle Leon (bajo), la cual fue sustituida por Maureen Herman en 1992. También fue partícipe durante un breve período de tiempo  Courtney Love, pero según comenta Bjelland, solo ensayó con ellas una vez y fue catastrófico; pero eso sí, tuvieron tiempo de intercambiar letras que luego ambas interpretaron con sus respectivos grupos.

Babes In Toyland empezaron a ser conocidas por la imagen de “muñeca” de Bjelland  (más conocida por estilo  kinderwhore). En 1989, grabaron su álbum debut Spanking Machine. Gracias a este disco la banda americana alternativa Sonic Youth las invitó a su gira europea para que abrieran sus conciertos como teloneras.

En 1992 grabaron su LP de mayor éxito comercial, Fontanelle, del que llegaron a vender únicamente en EE.UU 200.000 copias. Todo este éxito les llevo a que las contratasen para actuar en un festival tan prestigioso como el Lollapalooza de ese mismo año junto a bandas como Alice in Chains, Dinosaur Jr. y Rage Against the Machine. También participaron en show llamado Rock Against Domestic Violence, contra la violencia machista.

Tres años más tarde grabaron el que fue su último disco Nemesister, un disco más experimental y espontáneo musicalmente, otro gran disco.

El fin de Babes in Toyland fue en el 2001, cuando Bjelland formó una banda paralela llamada Katastrophe Wife y antepuso  ésta, a su banda original. También influyó el abandono de la bajista Maureen Herman.

Para acabar, decir que este grupo no tuvo tanta repercusión como otros grupos de los 90, pero merece la pena recuperar sus discos, sobretodo los 2 primeros y gozar de los guitarrazos y la fuerza vocal. Eso sí, no pararas de bailar.

Texto realizado por alzaElpuño