
Es evidente que los pendientes son esenciales para dos
cosas: 1. Identificarte como niña y 2. Ser más bella. Y, así empezamos coartando la libertad para elegir la identidad de cada niña y a enseñarlas lo incompletas que son, ya que requieren de pendientes para ser mujeres y para ser bellas. De
golpe y porrazo, ¡Zas! ¡Autoncepto de las niñas, tocado! ¡Zas! Por si no basta,
¡Autoestima de las niñas, tocada! ¿Qué por qué? Porque, aquí, no tienes derecho a
elegir, si eres bebé y no llevas
pendientes, todo el mundo considerará que eres un niño, a no ser que vayas
vestida de un maravilloso vestidito con volantes y vayas en un
estupendo carrito con todos sus derivados de color rosa. Pero esto conlleva un serio
riesgo, si llevas pendientes, te tratan de una determinada manera y si no los
llevas, de otra. Y, claro, tú aprendes a comportarte según te tratan, pero no
eres libre para elegir quién eres, ni cómo
quieres ser. ¡Ah! Y, en un mundo donde una de las competencias más
valoradas es la autonomía y la capacidad de decidir, a las niñas se las enseña que, no importa, que sobre sucuerpo (en este caso, sus orejas) deciden las personas adultas que la rodean
con las consecuencias que esto conlleva.
4 comentarios :
por eso no le puse aros a mi hijita, todos me criticaron, pero pa ellos maní, si mi hija quiere los tendrá, pero cando pueda elegir por sí misma. en una de esas se lo pone en la naríz o cualquier otro lado ^_^
Muy buena la frase de «tu aprendes a comportarte según te tratan»!!
Gracias a las dos por vuestros comentarios. Saludos.
Exactamente así. Los adornos que por costumbre llevamos las mujeres, así como maquillajes, tintes y cortes de pelo, etc, todos los elementos que restan naturalidad a nuestro aspecto pretenden embellecernos más de lo que se deduce que por nosotras mismas no somos suficientemente bellas.
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